Los drones han dejado de ser un juguete para convertirse en una herramienta profesional que tiene múltiples aplicaciones, un mercado que atrae ayudas europeas y en el que España está bien posicionada:
-7.850 operadores, ya sean empresas o pilotos que trabajan para varias compañías, se han registrado en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea entre el 31 de diciembre y el 1 de febrero.
-Revolución logística.La implantación de los UAS será gradual, comenzando por el reparto de paquetería. El objetivo es revolucionar la logística y movilidad urbanas, para lo que es imprescindible solucionar retos tecnológicos que van desde garantizar la cobertura de la señal o la autonomía de las baterías hasta el diseño de 'autopistas' en el cielo en condiciones de seguridad.
-160 millones es la cantidad que gestionará El Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial los próximos tres años en el marco del Programa Tecnológico Aeronáutico de Ayudas, del que se beneficiará el sector de los drones y que este año reserva 7,5 millones a pymes. Los fondos son con cargo al plan europeo Next Generation.
Desde Levante Aeronautics nos ha llamado la atención las múltiples aplicaciones aportadas por Francisco Yuste, quién ha desarrollado proyectos de telecomunicaciones y de aeronaves pilotadas de forma remota, RPA's, entre otros “Pharmadron”, para el transporte de medicamentos con drones en Galicia,, «Imagine el coste de movilizar cuatro horas una furgoneta cada vez que tienes que llevar a una aldea un paquete con Sintrom, antibióticos o antiinflamatorios».
Hablamos, en suma, de un sector que echó a andar de la mano de la fotografía, las filmaciones o los levantamientos topográficos, pero cuyo catálogo de usos es ahora inabarcable. Desde la minería (cálculo de acopios, rescates o inspecciones en zonas de difícil acceso), la construcción (recreación de alzados y plantas, revisión de fachadas, inspecciones de eficiencia energética) o el transporte de materiales, hasta misiones de defensa, como la vigilancia de fronteras, y de seguridad ciudadana.
Raro es la empresa que no pueda entrar en su radio de acción. Ingenierías, inmobiliarias, cooperativas agrícolas (cálculo de costes y de producción de hectáreas de cultivo) o industriales, inspecciones con cámaras termográficas, lo mismo de campos de placas fotovoltaicas que en centrales nucleares. El dron se está haciendo imprescindible.
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